martes, diciembre 18, 2007

un couscous pour jean marie

Ciudad colérica, mundo de castores, presas que detienen tu fulgor y despojos en el tráfico. Tu Señor en el volante. Conversaciones negligentes, desiguales.

Ciudad colérica, cerveza que se consume en los despachos de inocentes funcionarios. La vida no era sol. Las tierras tampoco. Los castores levantaban presas de botellas y neumáticos.

Avisad a la policía. Las cobras, corazón, jamás masticaron despacio.

Ciudad colérica y rocanrol engalanado, muros de incendio y castores que construyen una nueva irrealidad. Viven tus dedos de su sombra. Soles personalizados: rostro de tus seres superiores. Saludas por la ventana. El cielo se extingue. Los castores ensamblan mecanos de galaxias.

Ciudad colérica y cadáveres mal afeitados. La muerte llega pronto y tarde. Como el final de cualquier fiesta. Dedos amputados adentrándose en las feas cavidades. El placer es suyo. Animales subacuáticos edificando sus promesas. Productos de limpieza. Cercos en el parquet por la mañana. Sol funcionarial en la resaca. Cercos en el cielo, salón, constelaciones, pH neutro.

Cucharas en el espacio. Cercos que se cierran sobre cuerpos mal usados. Castores en la ropa. Rocanrol mal engrasado. Presa de las Tres Gargantas. Gargantas del silencio. Gargantas del dolor. Gargantillas de cuentas de miedo. Socavones alemanes precisos como la peste.

Si los días fueran muerte tus cabezas cercenadas. Castores levantarían presas y ojos abiertos.

Finales abruptos.

Cielos de nada.

Renos emboscados.

Asesinos de alegría.

miércoles, diciembre 12, 2007

(c'est la vie, whatever that means)

Torre vigía. Brian Wilson en su cárcel en el ático. Aves pensando en el retorno. Música de cámara, muros de kryptonita, recuerdos entremezclados. Pantallas de plasma. Bucles en blanco y negro. Secuencia repetida ad infinitum, su secreto al descubierto. Porque Brian era Clark y Clark era Lex y Lex era el héroe y la vida vuelo rasante por los programas de la tarde: sexo inseguro, música sencilla, drogas recreativas.

martes, diciembre 11, 2007

good as gold (stupid as mud)

Vivirás en una casa grande, con todos los servicios básicos. Un dormitorio y nidos de ropa, una guitarra, una habitación de revelado, un corral de muebles viejos, polvo y cajas, terrazas con sábanas blancas, despojos de mudanzas, autos desvencijados, un bar ruidoso y lleno de gente, una sala de billares con gallinas, comadrejas, liebres, hurones, topos, ratas camperas, aves de paso, una piscina en llamas, un mar interior contaminado, canales navegables suspendidos en el aire, un espigón en la bañera. En un sofá blanco tus amigos pachorrientos desmenuzarán cada mujer que has conocido. La cocina está ubicada en un barrio conflictivo. La sala de los gatos es una mala borrachera

lunes, diciembre 10, 2007

(fakebook)

Escribir motocicletas veloces. Olas paralelas a la costa, mareas que se bastan a sí mismas. Mundo sofá. Ingravidez efímera, campeones de salto, canciones felices avanzando en paralelo, trenes precipitándose en el mar, cárceles vivas más vivas que la ciudad que las esquiva, ciudades palpitando y cien mil almas más la tuya, cuánta sangre además de tu sangre cuantas venas además de tus venas cuanta futilidad además de tu futilidad cuantos huesos en la fosa un millón de almas un millón de años un millón de olvidos encontrados y mentiras paralelas a la costa convergiendo en infinito, verdades infinitas y mentiras infinitas, lunas avanzando río arriba, sangres avanzando río arriba. Escribir lunas veloces. Escribir sangres veloces. Escribir tu sangre y tus venas paralelas a la costa, latidos que se bastan a sí mismos, mareas y satélites, elementos encontrados. Escribir motocicletas veloces como un caimán haciendo zapping. Escribir motocicletas veloces como un caimán haciendo zapping mientras las noticias de la radio. Escribir motocicletas veloces como si todo posible mientras tu cabeza caimanes que se bastan a sí mismos y no comen, no se mueven, ya no avanzan, caimanes antediluvianos escapando de la turba, de la fosa, del cieno maternal, de los ojos soñolientos y los mandos a distancia y las historias encontradas en un mundo de satélites sin remedio zapeando realidades. Escribir mundos entrevistos en el sueño, en la televisión, en la turba, en el cieno maternal. Escribir motocicletas veloces en la fosa de los reptiles. Motocicletas brillantes en caminos de cárcel y marea. Mares de mercurio en la postrera media luz. Silencios aplastados por el viento. Rostros aplastados por el viento. Facciones arrastradas por el viento. Expresiones en busca de una cara. Miradas soñolientas paralelas a sus almas. Almas que se bastan a sí mismas en la fosa de los vientos. Vientos arrojándose a la fosa. Distorsiones clarividentes, realidad arrastrada en huracanes y silencio. Vidas zapeadas. Realidades estallando en tu cabeza como misterios de colores y canción a media siesta. Escribir motocicletas veloces. Empujones apenas. Viento apenas. Sol apenas. Extraterrestres apenas. Caimanes resignados en el cieno maternal. Fosa de los reptiles. Fósiles de irrealidad. Mareas que se bastan a sí mismas. Elementos encontrados. Fosa de las caras en el viento.

(sugarcube)

jueves, diciembre 06, 2007

bodegón y tal

manzana manzana
pera
ciruela ciruela ciruela
bananas a los flancos

uvas
dos limones
una
naranja coronando

frutero de cristal
mesa de pino

luz de fin
de tarde

melancolía costumbrista
y esas cosas

martes, diciembre 04, 2007

(lecturas de un erizo bibliófobo)

-Perdóneme si mi lectura lo hartó. Creo que nunca más me tocará aburrir a un ser viviente. Olvídese de mí no bien le sea posible.
Y estas fueron justamente sus últimas palabras, porque saltando ágilmente el parapeto y con rápido empuje se arrojó al río con su maletín. Me asomé para verlo una vez más pero el agua yo lo había recibido y cubierto. Una niña tímida y rubia se había percatado del rápido suicidio pero no pareció asombrarla demasiado y continuó su camino comiendo avellanas. Volví a casa después de realizar algunas tentativas inútiles. Apenas entré en mi cuarto me extendí sobre la cama y me adormecí sin demasiado esfuerzo, como abatido y quebrantado por lo inexplicable.
Esta mañana me desperté muy tarde y con una extraña impresión. Me parece estar ya muerto y esperar solamente que vengan a sepultarme. He tomado inmediatamente previsiones para mi funeral y fui personalmente a la empresa de pompas fúnebres con el fin de que nada sea descuidado. A cada momento espero que traigan el ataúd. Siento ya pertenecer a otro mundo y todas las cosas que me circundan tienen un indecible aire de cosas pasadas, concluidas, sin ningún interés para mí.
Un amigo me ha traído flores y le dije que podía esperar para ponerlas sobre mi tumba. Me pareció que sonreía, pero los hombres sonríen siempre cuando no comprenden nada.

Giovani Papini: "Historia Completamente absurda"

sábado, diciembre 01, 2007