miércoles, mayo 10, 2006

Czeslaw Milosz

NO EL MÍO

Toda una vida para fingir que su mundo es el mío.
Y saber que tal pretensión es desgraciada.
¿Pero qué puedo hacer? Supón que de repente gritara
y empezara a profetizar. Nadie me escucharía.
Sus pantallas y sus micrófonos no son para eso.
Otros como yo vagan por las calles
hablando solos. Duermen en bancos de los parques,
o en las aceras de las avenidas. Porque no hay cárceles
para encerrar todos los pobres. Sonrío y me quedo tranquilo.
No me atraparán ahora.
El banquete de los elegidos--lo que se me da mejor.

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