jueves, julio 06, 2006

on y va

Estaba pensando en caballos.

¿Caballos?

Sí, caballos. Conocí a una mujer que besaba a los caballos.

¿Besaba a los caballos?

Sí, a los caballos.

¿Fue hace mucho?

No me acuerdo, no sabría decirte.

Cuéntame eso. Cuéntame más de eso.

No hay más. Estábamos cantando con el bueno de Johnny en la calle y de repente vio caballos, los caballos de la policía. Fue hacia ellos y se puso a besarlos. Sin más.

¿Y besaba a los caballos así, sin más?

Así, sin más. Sin presentaciones ni protocolo ni nada.

¿Y tú que hacías?

Engañar a Johnny.

¿Engañar a Johnny?

Sí, le mentía acerca de ella y de los caballos y de su vida pasada y de su vida futura y de todo lo demás

¿Qué le contaste?

Una milonga de vida descalza. Le hablé de pastos y caballos y toros bravos embistiendo bajo la luna. Le conté que ella les hablaba, les explicaba como comportarse. Que instruía a los caballos sobre el trato que debían dar a sus jinetes, que instruía a los toros sobre como reinar en una plaza.

¿Y qué decía Johnny?

Johnny no daba crédito. Le había robado las chocolatinas, le había robado la chaqueta, le había tomado prestada su guitarra para tocar con cinco cuerdas, estaba besando a unos caballos a la vista de los guardias, y lo peor es que parecía sólo el principio.

¿Y lo fue?

¿Si fue el que?

El principio.

No lo sé, no estoy seguro. No recuerdo mucho. Sólo eso. Ella besando a los caballos y yo mintiendo todo el rato en un idioma que no era el mío. Y Johnny, imagino, pensando en sol y pastos y caballos y toros bravos, en una niña pequeña que logró hacerles escuchar.

¿Y qué más recuerdas?

Cerveza y canciones de los Beatles. Y mentir. Mentir mucho. Y comida gratis.

¿Mentiste por comida?

Mentí por complacerlos.

¿Complacer a quien? ¿En qué sentido?

A Johnny y sus amigos. Nos habían invitado a su fiesta, no nos conocían de nada, nos habían dado de beber, nos habían invitado a cenar, nos habían acogido como uno más. Había que darles un plus. Y ese plus es la ficción. Un poquito de ficción sobre nosotros, un poquito de mentira para hacerlos especiales, para que pudieran contarlo, para que pudieran pensar que habían conocido algo real, algo distinto, exótico.

¿Y tú eres exótico?

Yo soy marciano.

¿Y aquella mujer?

Pregúntaselo a ella.

Mejor a los caballos.

5 comentarios:

Mr Towers dijo...

di que si, xiquet! la realidad: menuda vulgaridad! con un poco de pimienta sobre lo cotidià, es poden cuinar espectaculars plats de ficció. Collons, el Capote, ¿no va inventar la Novela de no ficció? pos eso: visca els mixtos de realitat i ficció!.

Jo per la meva part vaig coneixer un japonès a qui el seu company d'habitació birlava la pasta de la cartera, devorava les xips a chez McDd's, i reia amb dents de cavall.

el erizo césar dijo...

completely d'acord mr towers, i a més, si tenim en compte que els atascos de la nacional son competència del departament de mobilitat, sense anar més lluny, la ficció sobre les coses de cada dia és una pràctica molt molt extesa...

i no ve a cuento, però algú ha tingut la brillant idea de triar el Keith Richards per a la nova peli de piratas del caribe, te collons, tant de Caribe, tanta palmera, que el volen rematar u que?

(glad to see you back in tokio, mr. espero que la seva cotidianeitat hagi recuperat aquell dallò que la para quieta i tal)

Mr Towers dijo...

mobilitat, immobilitat...conceptes tan relatius...¿quina importància té fer una cua de 1/2 hora per a 2 Kms en en comparació al moviment de les galàxies i a la immensitat de l'univers? res, minuncies, futeses...

Lo del Richars, en canvi, té tot el sentit del mon si en la segona part tornen a apareixer els esquelets dels muertos vivientes. Richars, Jaegger, McCartney... Aquestes venerables avis han de pagar la universitat dels seus fills.

Anónimo dijo...

Volviendo al principio...
a veces ni siquiera hace falta mentir
con sacar las cosas de contexto basta
y si no que se lo pregunten a los políticos(que además mienten)

el erizo césar dijo...

"Todos mienten" (Dr. House)