(viernes 12, 17:40)
anochecía y
salí al balcón y
pasaban chicas encogidas
de frío
en abrigos marrones
zapatos negros
chicas lentas
calladas
como nubes
y pensé
me quedo en la tarde
pensé
ojalá llegue ahora
el viento
del norte
y
de bajo cada baldosa
bajo cada mentira
de todos los semáforo
los buzones
las tiendas los
autobuses las
furgonetas
de reparto y
los vespinos de la pizza
surgieran millones de
pájaros negros
y
pensaba en los pájaros
sabes
en aquellos que
te dije
los pájaros negros de invierno
en el mudo atardecer y
su vuelo torpe
de murciélago
pensaba en las nubes
en las chicas
y en los coches
en lo que quise y
lo que soy
y volví la mirada al oeste
y llegaron más nubes
con un chorro
de pájaros
pájaros
pájaros del país
de donde
nace el viento
callados y torpes
una nube tan ancha como mi
mano abierta
con el brazo extendido
imagina
la porción de cielo que
cubre mi mano
y pasaron minutos
dos tres siete
quince
y pararon los pájaros
y te echaba de menos
o mejor
digamos
que
te lo hubiera mostrado
te hubiera contado
todo lo que ya sabes
lo del viento en mi cabeza
lo de la dirección del viento
lo de los pájaros
lo de los coches las chicas
los zapatos y los abrigos marrones
te quería preguntar
que si de allí viene el viento
y lo llevo en mi cabeza
¿será que también
podría soltar
-con sólo quererlo-
un chorro infinito de
pájaros negros?
lunes, septiembre 24, 2007
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