... desconocedores de las lenguas antiguas, del mito griego, del derecho romano, de la Biblia y la ética cristiana, de los moralistas franceses, de la metafísica alemana, de la poesía del mundo entero. Enanos en la vida verdadera, gigantones de la técnica- por ello, también, colosos de la crítica, de la destrucción, en la cual consiste su misión, que ellos ignoran. De una claridad y precisión nada comunes en todos los asuntos mecánicos; deformes, atrofiados, confusos en todo lo concerniente a la belleza y el amor. Titanes de un solo ojo, espíritus de las tinieblas, negadores y enemigos de todas las fuerzas creadoras - esos hombres podrían sumar sus esfuerzos durante millones de años sin dejar tras de sí una obra que pesase lo que una brizna de hierba, lo que un grano de trigo, lo que el ala de un mosquito. Alejados del poema, del vino, de los sueños, de los juegos, y prendidos irremisiblemente en las redes de las falsas enseñanzas impartidas por engreídos maestrillos de escuela. Pero tienen una misión que cumplir.
Ernst Junger
Kirchhorst, 22 de septiembre de 1945
"Radiaciones II: diarios de la segunda guerra mundial (1943-1948)
lunes, junio 02, 2008
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