martes, septiembre 30, 2008

"...Luego, en esos países más luminosos, bajo el sol más fuerte, la sombra proyectada por los objetos y las figuras se vuelve distinta y está coloreada de tal modo que uno está tentado de suprimirla, sencillamente. Esto sucede ya aquí...

Creo que te gustará la caída de hojas que he pintado. Son los troncos de álamos lilas, cortados por el marco allá donde comienzan las hojas. Estos troncos de árboles como pilares bordean una avenida donde se alinean, a derecha e izquierda, viejas tumbas romanas de un lila azul.

Luego, el suelo esta cubierto por una capa espesa de hojas anaranjadas y amarillas parecida a un tapiz. Como los copos de la nieve que sigue cayendo. Y en la avenida figuras menudas de enamorados en negro. La parte superior del cuadro es una pradera muy verde y nada de cielo o casi nada.

La segunda tela es la misma avenida, pero con un viejo bondadoso y una mujer gorda y redonda como una bola.

¡Pero si el domingo hubieras estado con nosotros!... Hemos visto una viña roja, roja como el vino tinto. En la lejanía se volvía amarilla y después un cielo verde y soleado, y los campos después de la lluvia, violeta y amarillo brillante por
aquí y por allá, donde se reflejaba el sol poniente..."

Vincent Van Gogh, carta para su hermano Théo, noviembre de 1888

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