miércoles, agosto 16, 2006

con mi padre sólo hablo del tiempo

Como te digo, cada día, puntualmente, primero Montesdeoca.

¿Y luego baile?

Y luego baile.

Pues a tu madre le ponía Medina.

¿Mariano?

Mariano.

¿Por el bigote?

Por el puntero inoxidable.

Pues Montesdeoca le gusta por el pelo.

¿Y nada más?

Y por la voz. Y por los ojos. Pero el pelo más que nada.

A tu madre lo que le gustaba era el puntero.

Porque era inoxidable.

Hasta llegué a robar las antenas de los coches para exhibirme desnudo después del telediario.

¿Mamá prefería niebla, borrasca o marejada?

Anticiclón de las Azores. Bancos de niebla en el Cantábrico.

Oh, sí, con eso enloquecen todas.

¿El anticiclón?

Y la niebla. Niebla y anticiclón: pareja de ases.

Y olvídate de las borrascas.

Y del granizo, las tormentas, el mar de fondo.

A mí lo que me pone es la llovizna.

A mí el Levante en el estrecho.

¿Igual que a Trillo?

Igual que a Trillo.

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