miércoles, agosto 09, 2006

le llamaban Trinidad

Bud Spencer regresa del espacio a bordo de un gigantesco cerdito nodriza. Depositado en la orilla del lago azul, piensa largamente en animales prehistóricos. Peces con fauces de león, caballos con cuchillas en las crines, patos dotados de fusiles de repetición, lagartos radioactivos, amebas inflamables, fitoplancton civilizado, reptiles en forma de filete, mamarrachos gigantescos clavaditos a Luis Miguel. Cubre su cabeza de papel albal, busca algo a qué agarrarse, sabe que ya viene la tormenta y no tiene más defensa que decir: yo soy Estrellito, el niño espacial.

1 comentario:

el erizo césar dijo...

el principal problema de Bud, creo, es que su apellido no es Spencer, sino Weiser...