martes, abril 25, 2006

somos lamas de sofá

A lo largo de mi vida, los momentos de verdadera iluminación no tuvieron que ver con la religión, las drogas, la ciencia ni el sexo. Me alcanzaron siempre abandonado en un sofá, con la mirada en algún rincón del techo y los sentidos y el pensamiento alejados años luz de cualquier tema concreto.

1 comentario:

el erizo césar dijo...

Distinguir a un Zaplana verdadero de un Zaplana de chiste no está al alcance de cualquiera, será otra confirmación del efecto iluminador de un buen sofá.

recuerda el proverbio: la gilipollez es inevitable, pero la crispación es opcional.

quicir: Acebes y Zaplana son el Tip y Coll del siglo XXI

(y sí, confieso, a mí, Tip y Coll ya me crispaban en el XX, cuando era un tierno infante)

me voy a odiar a los cuatro

con diox