miércoles, mayo 10, 2006

sam shepard

Hablaba de desiertos y de eriales, de pantanos, de Jim White, del wrong eyed jesus, de calor asfixiante a mediodía en algún motel polvoriento, de canciones abandonadas y desfiladeros a la deriva. Historias cruzadas, fuego, calor, mitos de la civilización desorientada, verdades que nos aguardan en el borde con colmillos afilados, una guitarra y una botella rota. En eso está Sam Shepard. En la misma carretera alucinada, la mirada fija en los lugares por donde Kerouac iba de paso, donde Faulkner decidía reinventarse, donde Steinbeck construía sus relatos de la Gran Depresión. ¿Dices que te tortura no poder escribir o no escribes porque estás torturado? Tarde o temprano todos huímos corriendo por el desierto. Alaridos que suenan como las historias de Sam.

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